Y
el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún
sigue posado, aún sigue posado
en
el pálido busto de Palas.
En
el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y
sus ojos tienen la apariencia
de
los de un demonio que está soñando.
Y
la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende
en el suelo su sombra. Y mi alma,
del
fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no
podrá liberarse. ¡Nunca más!
Edgar
Allan Poe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario